La exfoliación, aunque no a diario, debe ser una parte muy importante en nuestras rutinas de belleza. Con ella ayudaremos a nuestra piel a regularse, evitaremos manchas, unificaremos el tono de nuestra piel, prevendremos el envejecimiento (ya que ayudaremos a nuestras células a renovarse) y aumentaremos la microcirculación.
Nuestra supervisora nacional del equipo de dermoconsejeras, Tamara Franco nos da algunos consejos útiles sobre este protocolo.
¿Con qué frecuencia hay que exfoliar?
Con hacerlo semanalmente o cada 15 días, dependiendo de nuestro tipo de piel, nuestra sensibilidad, el tipo de exfoliante… ya nos ayudará a mantener una piel luminosa y sin imperfecciones. Actualmente en el mercado hay muchos tipos de exfoliantes, con o sin granulado, gránulo más o menos grueso, también específicos para pieles acnéicas. En Singuladerm, apostamos por la exfoliación mixta: con XPERTRadiant Peel, combinamos la exfoliación enzimática con la física.
¿Peeling enzimático y físico?
Sí, porque por un lado la acción enzimática es apta para las pieles más sensibles, ya que no trabaja con gránulo y proviene de algún activo natural. Por el otro lado añadiremos un gránulo de polietileno muy muy fino (0.01mm) que nos permitirá reforzar el arrastre de impurezas, sin agredir nuestra piel. Este tipo de granulo, redondeado, evita las micro lesiones que podemos generar en nuestra piel con otro tipo de exfoliantes. Además XPERTRadiant Peel cuenta con factores de hidratación natural (FHN) para fortalecer nuestra piel y no deshidratarla.
¿Cómo aplicar el peeling?
Con la cara previamente lavada y aún húmeda (muy importante, la piel no debe estar seca), cogeremos una pequeña cantidad de producto que extenderemos mediante un suave masaje circular con la yema de los dedos durante unos segundos. Tras este masaje, aclararemos con abundante agua y nos aplicaremos nuestra rutina habitual de hidratación.
Por último, un truco: Hacer la exfoliación por la mañana nos dará mayor eficacia, ya que nos permitirá eliminar mayor número de células muertas, toxinas, impurezas… que nuestra piel habrá exudado durante el descanso nocturno.
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