Llega febrero…el mes del amor ¿Quién no ha tenido nunca esa rara sensación de química perfecta al conocer a alguien? Esa es la respuesta receptiva y de bienvenida que generamos cuando conocemos a una persona compatible genéticamente, ya que los sistemas inmunitarios se armonizan y se ajustan el uno al otro. Nada más lejos de la realidad: ¡la atracción es una cuestión de química! Así lo afirma una investigación de la Universidad de Berna pero no exactamente en los términos que pudiéramos pensar.
En un experimento, se daba a oler a diferentes mujeres camisetas sudadas de varios hombres. Y, sorprendentemente, resultó que a cada una le atraía el olor del hombre que tenía un sistema inmunológico más distinto al de ellas. Según esto, la explicación estaría en que eligiendo a este compañero cada una de ellas “completaría” genéticamente su capacidad inmunitaria para ofrecérsela a sus futuros descendientes.
Ahora bien, si no has encontrado a tu media naranja genética, no te preocupes. Existe también una relación directa entre estar enamorados y nuestro sistema inmunológico que no tiene solo que ver con la genética. Según distintos estudios, el amor genera un aumento de la oxitocina, “la hormona de la felicidad”, que ayuda, a su vez, a la regulación de la hormona del estrés (cortisol) y mantiene la presión arterial dentro de los parámetros normales, además de tener efectos en la regulación de la insulina y la glucosa.
El enamoramiento, además, produce un aumento de los estrógenos naturales, que, al margen de contribuir a la regulación de los ciclos menstruales en las mujeres, promueve la salud de la piel, el pelo y las uñas. El flujo sanguíneo aumentado a los capilares de la piel, fruto del efecto de la oxitocina, hace que esas células reciban mayor cantidad de nutrientes y oxígeno haciendo que los enamorados luzcan una piel más joven y saludable. En efecto, estar enamorada te hace estar más guapa.
El amor, definitivamente, beneficia a la salud. Y la teoría, como vemos, se sustenta en una base científica: la piel se tersa, los ojos brillan, la mente se hace más aguda, mejora la autoestima, es un gran antídoto contra el estrés, reduce la ansiedad y los estados de depresión, además de reducir la inflamación mejorando el sistema inmunológico.
Así que ¿a qué esperas? No lo pienses más y ¡enamórate!