Si tu respuesta a nuestra pregunta es sí, quizás formes parte del 20% de la población que tiene el gen DRD4-7R, conocido como el “gen viajero” y que impulsa a las personas a viajar, a tomar riesgos, a investigar, a explorar el mundo… A bote pronto, podríamos atribuirlo al ADN de personajes míticos como Cristóbal Colón, Marco Polo o el recordado oceanólogo Jacques Cousteau. El DRD4-7R también se conoce entre los expertos como el gen wanderlust, denominación que viene del alemán, que ha adoptado el inglés y que, en español, se traduciría como “pasión de viajar”.
¿Pero por qué a los “espíritus wanderlust” les llena deambular por el mundo? Quizás la respuesta esté dentro de nosotros mismos, en nuestros genes y, especialmente, en cómo están configurados. La idea proviene de un estudio científico. El informe se remonta a las primeras migraciones que tuvieron lugar en África hace entre 50.000 y 70.000 años. Y en ese punto entran en juego dos genes: el DRD4, ligado a nuestro comportamiento y a la motivación, y una variante de este mismo gen, el DRD4-7R, que sería el causante de la inquietud y la curiosidad en nuestras personalidades.
De este modo, a las personas a las que se les ha descubierto dicha variación genética contaban con un largo historial de viajes a sus espaldas. Pero disponer de este gen no implica solo ir a la agencia de viajes y hablar con el agente de turno para que te ofrezca un destino. Ni mucho menos. El individuo “wanderlust”, el aventurero de verdad, sabe que cuanta menos organización haya, mucho mejor será el viaje y, sobretodo, más excitante.
La dopamina, el neurotransmisor que regula nuestra adrenalina, como confirma el Centro Nacional de Biotecnología americano, juega también un papel importante en el afán aventurero, ya que su presencia en el cerebro vendría determinada, precisamente, por el gen DRD4, dentro del cromosoma 11. Junto con la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad) la dopamina es la encargada de regular los niveles de placer y el estado anímico des del cerebro. Por este motivo, a las personas con el gen DRD4-7R viajar les resulta altamente placentero, lo cual indica que tendrían un mayor nivel de neurotransmisores derivados de la presencia de este gen.
Puede que a estas alturas ya te hayas identificado con el “gen viajero”, así que si es así: ¡bienvenido al 20% de la población! ¡Eres un espíritu wanderlust!