Año nuevo, vida nueva. Empieza enero y en nuestra lista de propósitos figuran muchos objetivos. La mayoría de personas coincidimos siempre en uno: adelgazar. Después de las fiestas y los ágapes de Navidad, es habitual coger unos quilos de más y tratar de empezar una dieta para conseguir una figura más esbelta o aniquilar los efectos del exceso de turrón. En resumen, hacer lo posible para que, cuando lleguen los primeros rayos de sol, hayamos eliminado los “michelines”, evitando una carrera desenfrenada para adelgazar con una inquebrantable y estresante cuenta atrás.
Las cenas de empresa y las celebraciones con amigos y familiares provocan que comamos sin una necesidad real de nutrirnos, por el mero placer de llevarnos algo a la boca mientras discurre una amena velada. Ese exceso calórico que luego no se contrarresta con la práctica de ejercicio, e incluso se ve acrecentado con mayor sedentarismo, desencadena en un aumento de peso sustancial en pocos días. Para compensar el exceso de peso adquirido, es necesario, además de controlar nuestra dieta, adquirir hábitos alimentarios saludables y compaginarlos con la práctica regular de deporte. Esas rutinas son válidas con el cambio de año, pero es esencial incorporarlas a nuestro día a día para mejorar ostensiblemente nuestra salud y gozar de más energía.
Pero es posible que, incluso llevando un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada, no podamos librarnos del sobrepeso. En ese caso, es probable que la causa se halle en nuestro ADN. Tenemos ejemplos a raudales que demuestran las diferentes “constituciones” de las personas. Por ejemplo, hemos podido comprobar como dos personas abusan de la bollería industrial, los embutidos o de alimentos ricos en grasas saturadas, pero solo una de ellas engorda. Aquí, sin duda, entra en juego la predisposición genética a ganar peso y cómo el cuerpo procesa y metaboliza las grasas, influyendo de forma directa en su acumulación, distribución y, obviamente, en la tendencia a ganar quilos más o menos rápidamente.
De hecho, se estima que entre un 40 y un 70% del sobrepeso de los humanos viene determinado por su genética. Por este motivo, cada vez más personas realizan análisis de su ADN. El estudio permite averiguar qué alimentos les favorecen, les ayudan a adelgazar o, por el contrario, les engordan o les ocasionan intolerancias u otras molestias como gases, hinchazón o estreñimiento. Personalizar la dieta a través del perfil genético es el nuevo paradigma de la nutrición. Los patrones clásicos de dieta, aunque pueden ser una buena referencia para las personas que comen sin ningún control, ya no funcionan al 100% o quedan limitados des del momento que cada organismo metaboliza de manera diferente los alimentos y sus componentes.
Avanzándose a esta nueva tendencia, Onegen Lab dispone de un test genético de nutrición para elaborar la dieta ideal según nuestros genes. Se trata de un test nutrigenético que estudia aquellos genes relacionados con la respuesta individual a la dieta para obtener información sobre nuestro estado nutricional y de salud. Con el resultado de este informe, sabremos si tenemos predisposición genética a tener sobrepeso, problemas de obesidad, de control de apetito y ansiedad, déficit de vitaminas, diabetes de tipo II, intolerancia a la lactosa, etc.
A pesar que pueda parecer muy complicado obtener dichos perfiles de nuestro genoma, tan solo una pequeña muestra de saliva será necesaria para efectuar el test nutrigenético de one.gen. Con los resultados, obtendrás:
1- Tu dieta semanal más sana y efectiva para ti, que además es personalizable y autogestionable, con la que no te aburrirás y podrás modificar la dieta a tu gusto siguiendo la guía alimentaria adecuada a tu genética, que te marcará los alimentos que puedes consumir libremente o bien los que debes evitar.
2- Ayuda para disminuir el riesgo a desarrollar problemas de salud a los que estás predispuesto genéticamente ya que también se mostrará tu predisposición a sufrir:
– Diabetes de tipo II.
– Déficit de vitaminas.
– Intolerancia a la lactosa.
3-Evaluar las causas de tu sobrepeso analizando tu predisposición:
– Genética a sufrir más sobrepeso y/o obesidad.
– Tener problemas de apetito y ansiedad.
– Limitación a perder peso a través de la práctica deportiva.
En definitiva, una guía perfecta para afrontar el reto de combatir el sobrepeso con toda la información que necesitas, conociendo, a la vez, si padeces alguna intolerancia que perjudica tus digestiones o es nociva para tu organismo.
