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El ADN y la intolerancia a la lactosa

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El ADN y la intolerancia a la lactosa

Cada vez son más frecuentes las intolerancias alimentarias hasta el punto que fabricantes de alimentación y establecimientos de restauración están legalmente obligados a describir que elementos contienen productos y platos a fin de proteger a consumidores y clientes de los efectos entre otros elementos, del gluten o la lactosa. La investigación nos ha ayudado a determinar que alimentos nos sientan bien y, especialmente, cuales nos perjudican las digestiones y la nutrición o, directamente, nos producen reacciones anómalas o alérgicas.

Se trata de enfermedades que, con el avance científico, ahora se acotan y diagnostican de manera sorprendentemente sencilla. Por ejemplo, ¿sabías que la intolerancia a la lactosa se puede detectar mediante un estudio genético? Y, además, de manera muy fácil y nada invasiva: concretamente a partir de una simple muestra de saliva. Y cabe decir que los efectos derivados de retirar el consumo de lactosa de la dieta se manifiestan de manera inmediata en aquellas personas que, a causa de la intolerancia, están aquejadas de abatimiento, dolores en las extremidades y problemas cutáneos, así como otros efectos psíquicos como alteraciones de la concentración, nerviosismo o trastornos del sueño.

La lactosa está presente en todas las leches de los mamíferos (vaca, cabra, oveja y en la humana), así como en numerosos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, (C12, H22,O11) disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa. Las leches de origen natural contienen muchos nutrientes como grasas, proteínas, vitaminas, minerales y también azúcares. Para que la lactosa pueda ser digerida y absorbida en el intestino delgado, se requiere de una enzima denominada lactasa. La lactasa rompe la unión del disacárido glucosa-galactosa permitiendo su absorción. Cuando los niveles son bajos o nulos, aparecen dificultades para procesarla.

La intolerancia aparece con el paso del tiempo, tras una pérdida escalonada de la producción de la lactasa, y, por lo tanto, una pérdida gradual de la capacidad de digerir la leche. Este escenario, se debe a mutaciones en el gen MCM6, que regula la expresión del gen de la lactasa asociados con la persistencia de la actividad de la enzima en los adultos ya que, en muchas ocasiones, la aceptación de la lactosa es perfectamente normal en la infancia y la adolescencia.

Así pues, la incapacidad para digerir el azúcar de la leche se debe a la falta de expresión de la enzima presente en las células del intestino delgado. Cuando no hay la suficiente, gran parte de la lactosa no se absorbe y pasa al intestino grueso o colon. Allí la lactosa se digiere o fermenta a través de las bacterias saprófitas o comensales presentes en el órgano. En el proceso, se produce acidez, generando gases que pueden conllevar molestias físicas o intolerancia clínica. Algunos de los síntomas asociados a la intolerancia son dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc.

Según fuentes oficiales de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España, se estima que del 40 al 60% de la población tiene intolerancia al azúcar de la leche. Este dato puede ser superior ya que existen diferentes grados y un gran número de personas no están diagnosticadas. Como hemos apuntado anteriormente, suele ocurrir que la ingestión de lactosa no implica síntomas adversos evidentes hasta llegar a cierto nivel de falta lactasa: la enzima clave para su correcta absorción. Así, muchas personas descubren su intolerancia en edad adulta, cuando los alimentos que contienen lactosa empiezan a hacer mella en su organismo.

El test de intolerancia a la lactosa Onegen Lab, que se lleva a cabo mediante una muestra de saliva, estudia dos variaciones genéticas en el gen MCM6. Este gen es el responsable de regular la actividad de las enzimas lactasas. Las variaciones en este gen se asocian con un aumento en el riesgo de desarrollar hipolactasia o intolerancia a la lactosa. Sólo es necesario una muestra de saliva para conocer tu mapa genético y los posibles problemas relacionados con la lactosa.

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