El método Onegen Lab estudia los genes relacionados con la eliminación de tóxicos y residuos en la piel. La acumulación de radicales libres y tóxicos, implican múltiples consecuencias como manchas, facidez, arrugas, etc. Conocer cómo funcionan en nuestro organismo, los genes que se ocupan de producir proteínas que ayudan a eliminar estos elementos nocivos, puede ser de gran ayuda para mejorar la salud y el aspecto de nuestra piel.
Un estudio llevado a cabo en los laboratorios Prima-Derm concluyó que la hipersensibilidad y la mala detoxificación son las causas principales del envejecimiento cutáneo. Según los investigadores, “al aumentar nuestra esperanza de vida, vivimos más tiempo y, por tanto, estamos expuestos durante un periodo más largo a alérgenos y otras toxinas que hacen mella en nuestra piel y nos hacen más propensos a la hipersensibilidad. Estas alteraciones en el interior se reflejan en el exterior: la piel se vuelve más sensible, densidad y firmeza disminuyen y se acentúan las arrugas”.
Más de 200 individuos participaron en esta investigación en la que se analizó el comportamiento de 5 genes relacionados con la capacidad de eliminar elementos tóxicos de la piel. Las conclusiones resultaron sorprendentes. En más del 50% de los casos, las necesidades reales para combatir el envejecimiento pasaban por la mejora de los procesos de detoxificación cutánea. El estudio pudo comprobar que numerosas personas con signos visibles de envejecimiento, y cuyo mapa genético había mostrado problemas acusados en los procesos de detoxificación e inflamación cutánea, habían estado usando tratamientos cosméticos durante años con escasa efectividad.
Hipersensibilidad y acumulación de tóxicos
La hipersensiblidad cutánea está relacionada con procesos inflamatorios y de hiperreactividad del organismo. Los mecanismos de autodefensa se activan cuando aparece un elemento extraño ante el que nuestro cuerpo se pone en guardia y termina cuando éste ha desaparecido. En algunos casos, el organismo también puede generar una inflamación crónica que altera tejidos y acelera el proceso de envejecimiento.
El estudio también permitió observar cómo las deficiencias en los procesos de detoxificación cutánea provocan la acumulación de compuestos electrófilos y productos de estrés oxidativo, y en consecuencia, la aparición de signos de envejecimiento cutáneo como arrugas, manchas, o flacidez en la piel.
Así pues, conocer tu mapa genético y obtener un tratamiento cosmético a medida, permite obtener resultados visibles en muy pocos días. Según la Project Manager de Prima-Derm, Elaine Ferreria, “al igual que sucede con las técnicas de medicina personalizada, conocer el origen genético de los signos de envejecimiento permite obtener un tratamiento cosmético personalizado mucho más preciso, efectivo y con unos resultados visibles mucho más rápidos”. Por ejemplo, se estudia el gen NQO1, que, según un estudio publicado en la revista Nature, es un regulador positivo del proceso de pigmentación.
El estudio genético de Onegen Lab es el más completo que existe actualmente en el mundo. Identifica 31 genes directamente relacionados con el aspecto de la piel y 32 variaciones genéticas (SNPs) que marcan la tendencia genética de cada persona a envejecer.
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