Para los investigadores de la genética humana, el Adán cromosomal-Y marcó uno de los hitos más importantes dentro de la evolución humana porque se trata del ancestro común masculino más reciente del conjunto de la población actual. Esta es la razón por la que recibe metafóricamente el nombre de Adán que se relata en el libro del Génesis de la Biblia.
Nuestro antepasado del paleolítico poseyó el cromosoma “Y”, del cual descienden todos los cromosomas “Y” presentes en el humano moderno. Por ello, si trazáramos un árbol genealógico de toda la humanidad, el Adán cromosomal-Y aparecería, sin duda, como el ancestro común a todos los seres humanos de la actualidad.
Aunque recientemente un análisis de 2012 indica la presencia de un linaje del cromosoma desde hace unos 340.000 años aproximadamente, el Adán cromosomal-Y se ha venido datando hasta estas recientes investigaciones como un hombre de origen africano que vivió hace entre 60.000 y 140.000 años.